domingo, 14 de diciembre de 2008

Ley de Radiodifusión

De la mano con la mala historia y a contramano
con la buena información.
En todo este cuarto de siglo en un estado de democracia, con la vigencia plena de los poderes que la constituyen y en un estado republicano, los límites de nuestra capacidad de comprensión se agotan; o nos conducen a una interpretación vana y subjetiva. ¿De qué estoy hablando? De algo que nos auyenta de toda objetividad al tratar un tema que se reflota con fuerza en estos dìas, como es explicar que, la Ley de Radiodifusión ó de Comunicación de Medios Audiovisuales, como se la quiera llamar, y que nos asiste con vigencia en estos tiempos, procede nada menos que de la última dictadura. Nos encontramos con que no podemos dar una respuesta concisa y rápida, aunque los motivos los podemos conocer, del porqué a 25 años de una democracia con sus bemoles y altibajos, ese escrito que hoy en día rige a la comunicación en la Argentina lleve la firma de personajes facciosos de nuestra reciente historia como Jorge R. Videla, Albano Harguindeguy y José A. Martínez de Hoz. Esa Ley, la 22.285, que un 15 de septiembre de 1980 promulgó la última dictadura cívico-militar es un emblema de esos tiempos que hoy en día prevalece después de dos décadas y media; y que también ejerce el rol de la herramienta que fuerza a perpetuar el modelo de dominación económica y cultural que tuvo su disparador en el 76, se reforzó en los 90’ y que como si no hubiera pasado nada aún nos sujeta y fustiga en nuestros días. Para sostener lo expresado, vemos el hecho de la búsqueda de continuidad del sistema que se dieron los poderes del stablishmen & Cia. que presionaron donde precisaron hacerlo ante dos leyes claves, como es la de Radiodifusión y la de Entidades Financieras. Hagamos un poco de historia para acertar correctamente en la dimensión que pretendo darle a estas líneas. A poco tiempo de iniciado el gobierno de Carlos Saúl, se le hizo una modificación a esta Ley dictatorial, un cambio que ya había nacido en la intención en los últimos tiempos de Alfonsín pero que el riojano concretó. Esto es, en el Art.45 se le reemplazó el inciso (e); al efectuarse esta modificación se habilitó a las empresas editoriales-periodísticas a ser tranquilamente permisionarias de las radios y los canales de televisión. Pero éste no fue el único toqueteo, en el Art.46 también se modificaron dos incisos el (a) y el (c), los cuales indicaban que el “objeto exclusivo” de un licenciatario tenía que ser la radiodifusión y no debía haber mas de 20 individuos como integrantes de una sociedad de radiodifusión. Ahora bien ¿Porqué de la 22.285 se cambiaron únicamente parte de los citados artículos y sin tocar la Ley? Sencillamente, y la razón es obvia, se aceptaba la vigencia de la 22.285 pero presentaba obstáculos a la fluidez del sistema desde el ángulo mediático. Esto es, a poco de la reforma se dejó ver claramente que hubo un creciente y acelerado proceso de la concentración empresarial en los medios, con la fiel intención que era constituir un factor de poder y que a ojos vista no es ni más ni menos con lo que en estos momentos nos encontramos. Luego tenemos que, como factor de poder, los medios comenzaron a reforzar el discurso único que movilizaron hacia donde les convienía que el viento soplara; cuidando de darse políticas que fueran de acompañamiento y jugando con las sensibilidades de interpretación de las clases sociales, fundamentalmente sobre nuestra maleable clase media; generando con la información factores en el colectivo poblacional que les fuera funcionales a los intereses perseguidos y como formadores de opinión se apeló a los efectos al manipuleo mediático. De esta manera, vemos cómo la concentración de la información en la población, coarta el derecho a la pluralidad de la misma; y de esta forma también, se convierte en un simple atentado al colectivo del pueblo receptivo y una ofensa a la inteligencia de la masa poblacional. Como si esto fuera poco, la operatividad de esta legislación vigente, pasó de largo por el gobierno de la Alianza como si nada pasase; la ineptitud de gestión de esos días no prestó atención a este factor de poder que continuaba creciendo; y si lo hizo, no se notó. Por ese entonces Duhalde, hizo otros toqueteos con la modificación de la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras allá por el 2002. Esta Ley daba amplietud en la negociación con refinanciación de deudas de las empresas en quiebra y sus acreedores, por ende las mediáticas también se favorecieron. Por eso fue aprovechada en esos momentos por la deteriorada empresa de Dña. Ernestina de Noble; tanto fue así que a esta Ley modificada se le puso el apodo de “Ley Clarín”. Pudiendo con esta legislación, el grupo aumentar su capacidad de ensanchamiento oligopólico y peso monopólico. Por otra parte, en esos momentos se atendieron aspectos de demandas municipales y provinciales sobre los servicios de comunicación pero resultaron ajustes tardíos que no llegaron a solucionar gran cosa, por no decir , nada. Los gobernadores e intendentes de esos momentos pueden dar fe. Mientras tanto los tentáculos oligopólicos continuaron sus extensiones corporativas, la permisividad del ingreso del capital a la compra de medios de información sin una hábil y adecuada regulación terminó completando el cuadro del negocio y no del servicio, como debe ser en la comunicación. Hoy en día los monopolios de medios pasaron desgraciadamente, a jugar con su accionar, el papel de un partido más en el espacio contextual de la “nueva derecha” en la argentina, como bien precisó Nicolás Casullo. Es así que la corporación del monopolio mediático complementa con excelencia el espacio faltante y desparejo del rejunte partidocrático y resto del arco social opositor al gobierno nacional. Pero lo más grave, por experiencias recientes vividas y potenciales latentes, es la afección por causa que deriva en un efecto con sintomatología perversa de golpismo, a veces encubierto, otras no tanto. Una nueva Ley de Medios Audiovisuales está a salir desde el Ejecutivo hacia el Congreso Nacional para tratarse; un Proyecto bien aceitado hasta el momento de presentarse al legislativo y éste, con seguridad va a estar a punto. Los motivos del suspenso, la espectativa, la tardanza y el momento oportuno son variados. Por eso las presiones corporativas ejercen su fuerza, con aire de desorientación pero muy alertas, sin embargo, se tendrán que ajustar al momento político exacto que el Gobierno crea apropiado. ¡Ah! Muy importante,…y a la normativa de la digitalización que se determine en el Ejecutivo Nacional, posiblemente en el marco de un proyecto comunicacional latinoamericano, como así también, a su regulación.
Por Santiago Coco Plaza

domingo, 16 de noviembre de 2008

Más sobre los medios, Néstor K en el Foro Progresista en Chile

La intervención de Nestor K en el Foro Anual del Progresismo, "La Democracia en América Latina, entre desafíos y amenazas", tuvo un capítulo muy crítico hacia los medios de comunicación. Sin hacer menciones concretas, exhortó a los presentes a “no tenerle miedo a la cuestión mediática”.
“Los medios siempre les están pidiendo a los gobiernos. Siempre quieren más, no se conforman con ser un medio de expresión, quieren gobernar las sociedades. Que vayan a elecciones”, lanzó Nestor K. “Para que la democracia se consolide, no tiene que haber monopólicos informáticos”, agregó.
En su cuestionamiento a los medios, Nestor K aludió al diario La Nación, cuyo lema centenario es “tribuna de doctrina”. “Son empresas con intereses que sirven a proyectos políticos. Se dicen ‘tribuna de doctrina’ y son de doctrina neoliberal para consolidar partidos, acciones y proyectos que tienen pensamiento único y uniforme”, criticó. Sintetizó su párrafo sobre los medios con un concepto calcado del primer documento del espacio Carta Abierta. “Hoy hay formas más inteligentes que los golpes militares para destituir gobiernos”, concluyó.
Un tramo del mensaje de Kirchner en Chile fue ignorado por los medios argentinos: fue aquel en que habló de las presiones que recibe el gobierno por la introducción de nuevas tecnologías de comunicaciones. Sus actores son el Grupo Clarín, Telefónica, Telecom y los españoles de Prisa, quienes pugnan a favor y en contra del Triple Play.
Entre el 1 y el 15 de enero Telecom Italia (controlada ahora por Telefónica Internacional) podrá ejercer su opción de compra sobre la parte en Telecom Argentina del grupo Werthein, que no quiere vender. También está pendiente la elección de la tecnología para la televisión digital: Clarín quiere la norma estadounidense, de la que ya compró equipos, y Telefónica/Telefé la europea. Ni una ni otra entusiasman al gobierno. La Argentina elegiría la norma japonesa, de mejor rendimiento técnico, que profundizaría la alianza estratégica con Brasil y constituiría la respuesta más independiente al juego de presiones que mencionó Kirchner. Fuente: Pag12, Telam

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Diseminar el objetivo de la nueva Ley de Medios entre el Pueblo, entre el colectivo social.

La modificación de la Ley de Radiodifusión requiere, además de los debates teóricos, la apropiación del tema por parte de los actores políticos.
Por Tina Gardella * Desde Tucumán
El segundo Congreso Nacional de Cultura pasó por Tucumán. El verbo puede molestar. Y está bien que moleste. Con el tiempo se podrá ver si la participación social (escasa) y el debate crítico (ausente) pudieron aportar al diseño y articulación de políticas culturales. Desde la sencillez de una perspectiva de cultura como “esos sentidos colectivos que uno produce desde cualquier hacer” (R. Williams), quienes trabajamos en problemáticas de comunicación sabemos de su valor estratégico por cuanto allí se juega la suerte de lo público y el fortalecimiento de la democracia de manera decisiva.
Por eso era dable esperar que en este Congreso Nacional de Cultura, la Ley de Radiodifusión pudiera haber sido considerada, más allá de todo el valor simbólico que expresa, como un verdadero hecho cultural. Los aportes individuales de intelectuales y funcionarios que integraban algunas de las mesas relacionadas a la comunicación no pueden constituirse, por el solo hecho de sumar voluntades, en el espacio político-cultural necesario para el tratamiento de un tema conflictivo donde está en juego nada más ni nada menos que la construcción de poder. No se trata tampoco de agrandar expectativas en escenarios acotados por su propia dinámica y objetivos propuestos. Pero hay instancias invalorables, espacios reales y simbólicos donde los sujetos se construyen desde lo colectivo, y un congreso de cultura no puede ser menos ni proponerse para menos que esto.
¿Por qué no encaja, por qué no se amplía el debate, por qué la sociedad se siente ajena al debate de una nueva ley de radiodifusión? Entre funcionarios “itinerantes” por las diferentes provincias que se esmeran en que el tema instalado no caiga, entre académicos puntillosos pidiendo conocer el proyecto del Gobierno para recién aportar su pensamiento crítico, entre voluntariosos que teorizan sobre la necesidad del cambio pero están apremiados por otras urgencias políticas, entre luchadores aún sin el suficiente peso político que dan pelea a partir de los 21 puntos y de los tercios iguales en la adjudicación de las licencias, se va haciendo camino al andar. Como si la complejidad del tema y los intereses que se tocan no amerite una estrategia que contemple algunos aspectos esenciales: la ley es una referencia. Pero es la entrada a una discusión más amplia y profunda que entra de lleno en el debate sobre el rol del Estado, la definición de los medios públicos, el rol de la sociedad civil en la constitución de los mismos.
El debate sobre la ley debe responder a una política de comunicación. Como política de Estado que excede a una ley, se trata de verdaderas estrategias que reflejen las políticas integrales de comunicación para responder a un proyecto de país.
Como toda política pública que necesita soporte institucional y organizativo, no basta con el ejercicio de poder del Estado a través de una ley. Sólo puede tener sustento y proyección si las organizaciones sociales pueden incidir y actuar dando forma y pesando en la definición de esas políticas.
La derogación de la Ley de Radiodifusión de la dictadura es un imperativo que no resiste ninguna especulación acerca de tiempos electorales, mezquindades académicas o prácticas sectoriales. Pero si la “apropiación” que han hecho del tema las organizaciones sociales con el impulso y la exigencia de los 21 puntos, no es pensado desde lo político como el ámbito que desde la conflictividad permite el surgimiento de actores políticos, poco se podrá avanzar en construir y re-construir las acciones y los símbolos que les permitan instalarse en el espacio público y político.
El segundo Congreso Nacional de Cultura no pudo ofrecer el horizonte de posibilidades latentes para este tema. Aunque como bien lo decía Ricardo Forster en una de las mesas panel, “es posible, en la escena contemporánea, huir de las simplificaciones y poder transformar los sucesos en acontecimientos, es decir, llegar a ese momento en que un colectivo social es capaz de intervenir en el espacio público en busca de alternativas vigentes”. ¿Estamos preparándonos y profesionalizándonos para ello?
* Licenciada en Comunicación Social.
Publicado en Página 12, 12nov08

martes, 11 de noviembre de 2008

El Pueblo y la Comunicación

Es necesario, antes que nada, volver a referirse al Pueblo, apelar a su movilización simbólica. Tal vez recién entonces una política popular pueda comenzara ser oída -y a hacerse escuchar.

Problemas de comunicación
A la hora de pensar en los problemas de comunicación del gobierno de Cristina Fernández, suele aludirse a cierto aspecto técnico o instrumental, de equivocación en las formas o en la elección de los canales y voceros. Y aunque todo ello pueda ser cierto, no atañe en absoluto a lo esencial. El gobierno tiene serios problemas de comunicación, pero ellos apenas se relacionan con cuestiones de instrumentación o de eficacia, subsidiarias de otros asuntos verdaderamente relevantes.
Los medios Por estos días el gobierno ha comunicado una noticia de irrefutable relevancia. Por sus consecuencias fácticas y su importancia estratégica, la eliminación de las AFJP y la reconstrucción de un sistema previsional único y estatal deberían asegurarle el recupero dela iniciativa política y de la confianza popular. Sin embargo, y aun con un consenso sustancial en favor de tales medidas, la noticia parece haber sido tomada con cierta reserva por la opinión pública (acaso por efecto de la grosera manipulación llevada a cabo una vez más por parte de la opinión publicada). De aquí una primera e insoslayable dificultad comunicacional del gobierno, que sólo puede negarse por complicidad, ingenuidad o dogmatismo: los medios masivos de comunicación ocupan de manera orgánica el lugar de la oposición política, compensando con creces la ineficacia de aquélla.
Los medios de información de mayor alcance e influencia, capaces de producir agenda y de construir opinión, se encuentran en manos de agentes que han decidido jugar decididamente en contra de las políticas gubernamentales, apelando para ello a múltiples estrategias de ocultamiento, manipulación y tratamiento asimétrico de la información. Frente al monopolio privado de la palabra pública, la necesidad de que el estado modifique la legislación vigente sobre radiodifusión parece impostergable si se tiene conciencia de que, más que sobre un gobierno en particular, la amenaza se cierne sobre la propia democracia, impensable por debajo de un umbral mínimo de pluralismo -y buena fe- en la opinión.
Los medios públicos, de influencia más limitada, no llegan a compensar tal desequilibrio comunicacional por diversas razones, entre las que se cuentan los altibajos en sus niveles de profesionalismo y la dificultad que supone el intento de transmitir mensajes alternativos a través de estéticas dominantes respecto de cuya utilización, para peor, suele carecerse de la necesaria pericia. Por otro lado, las cooptaciones y alianzas tejidas por el gobierno con algunos medios resultan cuanto menos temerarias (el caso de Infobae o C5N es paradigmático), mientras que los medios alternativos que se intenta promover adolecen también del alcance y la influencia necesarios para contrarrestar el aceitado despliegue del conglomerado mediático.
Y los discursos Sin embargo, la cuestión relativa al desnivel desfavorable en la opinión que resulta de la actual configuración de los medios de masas en Argentina, y que podría comenzar a corregirse paulatinamente con la impostergable sanción de una nueva normativa que garantizara una efectiva pluralidad de voces, no es ni la única ni la más profunda de las dificultades comunicacionales del gobierno. En efecto, más allá de los medios están -amplificados o negados por ellos- los discursos. Suele afirmarse desde ciertas posiciones que intentan ubicarse a la izquierda del gobierno, que en variados aspectos no se ha avanzado más allá de la gestualidad o del discurso. Independientemente de la mayor o menor entidad de tales críticas, no hay razón para restar valor a las palabras y los gestos en una época en la que el discurso político se encuentra bastardeado. El intento de restituir a la política su centralidad en la organización social y económica es también una disputa semiótica. Precisamente en este aspecto, las resistencias en el universo de la recepción son inocultables, constituyendo una barrera difícil de franquear. El discurso antipolítico, que los medios construyen/retoman/reenvían a y desde la sociedad parece constituir un anticuerpo resistente y efectivo a la hora de contrarrestar las intervenciones que, desde el discurso y la acción, intentan restituir un ideario de integración social sobre cuya derrota se ha afianzado el neoliberalismo más salvaje.
Desafortunadamente, la comunicación gubernamental adolece de toda estrategia y, lo que parece peor, de todo diagnóstico acertado frente a ese estado de cosas. A la narrativa mediática, estructurada sobre la base del conflicto entre la “gente” y los “políticos”, el gobierno opone un discurso argumentativo de corte ilustrado, también destinado a la “gente”. Así, frente al núcleo duro y extenso de la antipolítica, las interpelaciones del discurso oficial despiertan adhesiones tibias y contradictorias entre los propios, y exacerbados odios militantes en los ajenos. Resultaría indispensable, entonces, pensar en otra discursividad. La “gente”, colectivo imaginado sobre el espectro de los sectores medios urbanos, sólo en segundo grado puede ser el sujeto de la interpelación de un gobierno popular. Es necesario, antes que nada, volver a referirse al Pueblo, apelar a su movilización simbólica. Tal vez recién entonces una política popular pueda comenzara ser oída -y a hacerse escuchar.
Gustavo Sanchez Lic. en Ciencias de la Comunicación Integrante de la Comisión de Medios Audiovisuales en Carta Abierta

lunes, 3 de noviembre de 2008

Jornada sobre SOMISA en la Biblioteca Nacional

Para la recuperación de SOMISA, creación del
General Savio
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ingeniería - UBA
El programa UBAnex-Facultad de Ingeniería Universidad de Buenos Aires está dirigido a conocer y difundir el proceso de desindustrialización en especial en la década del 90, con el fin de contribuir a su recuperación.
El Codirector del Programa UBAnex e integrante de la Comisión de Medios Audiovisuales en Carta Abierta, Ing. Enrique Félix Eduardo Zothner, invita a las actividades organizadas por UBAnex. Se realizarán dos mesas redondas el 6 Noviembre de 2008 en la Sala Juan L. Ortiz, 3° piso de la Biblioteca Nacional:
  • De 16 a 18hs se presentará SOMISA, empresa estratégica para la industria naval.
  • De 19 a 21 hs se presentará la situación de la industria naval.

El encuentro estará orientado al público en general motivado en conocer la situación de la industria naval y el valor de las empresas estratégicas nacionales. Son bienvenidos docentes, profesionales y estudiantes interesados en la industria nacional.

En el hall y corredor de la sala Juan L. Ortiz del 3er piso de la Biblioteca Nacional se expondrá parte del archivo fotográfico de SOMISA, en donde se podrán apreciar los trabajos para la construcción de la planta, el compromiso con la calidad, su capacidad técnica para realizar el mantenimiento y mejoras, y el entorno social creado en el plan del Gral. Savio. Biblioteca Nacional, Agüero 2502 Ciudad de Buenos Aires

SOMISA Video en You Tube http://es.youtube.com/watch?v=dXaqwVvdVpk Industria Naval Video en You Tube http://es.youtube.com/watch?v=L3OTnfr-JqM&feature=related Mas información sobre las mesas: **Blogspot con fotos del autor del libro sobre la historia de Somisa, Ricardo Darío Primo http://historiadesomisa.blogspot.com/ **Historia privatización SOMISA http://www.ateneohyv.com.ar/Regional/somisafinal.doc **Revista de SOMISA http://www.ateneohyv.com.ar/Regional/Ponencia%20ACERO.pdf El link en la Web de la FIUBA es: http://www.ingenieria.uba.ar/noticias/ver_noticia.php?id=122 Dirección de Comunicaciones Universitarias, email: comuniv@fi.uba.ar

lunes, 27 de octubre de 2008

Noticias sobre la Jornada Internacional: Los Nuevos Escenarios de la Comunicación Audiovisual y el Fortalecimiento de la Democracia

Mariotto afirmó que “las reformas en los ’90 ayudaron a la concentración mediática"
El interventor del Comfer aseguró que "hay un compromiso muy fuerte para poder salir de la ley de radiodifusión de la dictadura" y que en este momento "hay debates sobre el tema en todo el país y en distintos ámbitos”.
Fue al poner en marcha las jornadas internacionales "Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia", organizadas por el organismo y por la Secretaría de Medios.
Mariotto puso en marcha la jornada "Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia", organizada por el Comfer y la Secretaría de Medios.
Con respecto a la fase en que se encuentra la iniciativa para una nueva ley de radiodifusión, el funcionario señaló a los medios presentes que se está "en una etapa de discusión, con debates en todo el país" y aseveró que "prácticamente son cotidianas las reuniones en ámbitos académicos, gremiales y universitarios" para debatir el tema, de las que surgen aportes "muy ricos".
"El proyecto está en gran parte ya elaborado y recibe aportes permanentemente de distintos sectores de la comunidad", explicó, y agregó que "no hay plazos" aún para determinar cuándo será finalizado y llevado a debate en el Parlamento.
El académico destacó que "intelectuales y luchadores de Estados Unidos, Uruguay y España" vengan a las jornadas a "dar cuenta de por dónde andan sus naciones con respecto a la democratización de las comunicaciones".
"Al concepto restrictivo que tiene la 22.285 (actual regulación de Radiodifusión) se suma la oportunidad de poder anticipar un escenario democratizador con respecto a las nuevas tecnologías, porque estamos en los umbrales de la digitalización, por eso este debate nos parece impostergable", puntualizó.
Durante su exposición, Mariotto dijo que "vamos al auxilio de legislaciones comparadas, porque nos van a ayudar a dar este debate", y enfatizó en que el Estado tiene un rol preponderante en lo que "es el objetivo: la libertad de expresión".
Mariotto puso en marcha las jornadas internacionales "Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia", que se realizaron en el auditorio del Banco de la Nación Argentina, en Rivadavia 325 de esta Capital, y en la cual participaron especialistas y catedráticos de medios públicos y entes reguladores de España, Estados Unidos, Brasil, Perú, Venezuela y Uruguay.
Luego expuso el subsecretario de Medios, Daniel Rosso, quien afirmó que "cuatro cadenas de medios controlan el 80% de los contenidos", y consideró que esto es "producto del neoliberalismo de los ’90". En referencia al proyecto de modificar la ley de radiodifusión, Rosso dijo que "estamos discutiendo un modelo de democracia, para salir de uno donde la discusión de los grandes temas es discutido por una esfera chica, la clase política".
El funcionario remarcó que ese modelo fue implantado en "los ’90, donde se reservó a los medios el rol de entretenimiento, con un Estado que no intervenía". "Necesitamos una esfera pública donde se puedan discutir estos grandes temas, un nuevo modelo que ponga la política en el centro de la escena", opinó.
También estuvieron presentes en el auditorio el titular del Sistema Nacional de Medios, Tristán Bauer, el coordinador general del Comfer, Luis Lazzaro, y el vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Damián Loreti.
“Cuatro medios controlan el 80 por ciento de los contenidos”
El subsecretario de Medios de la Nación, Daniel Rosso, afirmó ayer que "cuatro cadenas de medios controlan el 80% de los contenidos", y consideró que esto es "producto del neoliberalismo de los ’90".
En referencia al proyecto de modificar la ley de radiodifusión, Rosso dijo que "estamos discutiendo un modelo de democracia, para salir de uno donde los grandes temas son discutidos por una esfera chica, la clase política".
El funcionario remarcó que ese modelo fue implantado en "los ’90, donde se reservó a los medios el rol de entretenimiento, con un Estado que no intervenía".
"Necesitamos una esfera pública donde se puedan discutir estos grandes temas, un nuevo modelo que ponga la política en el centro de la escena", opinó.
"Sin una nueva regulación, vemos un Estado que interviene en el marco de un modelo anterior, que es de democracia delegativa. Debe convertirse a uno que pueda albergar los grandes temas políticos que surgen por la nueva intervención estatal", agregó.
Rosso formuló estos conceptos al poner en marcha, junto al interventor del Comfer, Gabriel Mariotto, la jornada internacional "Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia", organizada por el Comfer y la Secretaría de Medios.
Para Mariotto, el video de Perón “fue segmentado y sacado de contexto”
"Creo que está muy bien que la TV por cable y abierta descubra que hay discursos de Perón, creo que tiene que pasar muchos más y el pueblo sabe darle el contexto exacto en donde se desarrollan esos discursos", dijo Mariotto a Télam antes de poner en marcha la jornada "Los nuevos escenarios de la comunicación audiovisual y el fortalecimiento de la democracia", organizada por el Comfer y la Secretaría de Medios.
Al ser consultado sobre el video del ex presidente, que parecía criticar la idea de que los fondos de jubilaciones los maneje el Estado, Mariotto consideró que los medios "han segmentado y quitado de contexto la referencia de Perón.
(Igualmente) el pueblo es sabio en la resignificación, hay una profundidad en la percepción de la cultura popular que es superior a esa utilización segmentada del video".
"Nosotros pretendemos que haya muchos más medios, más pluralidad y diversidad para que se pueda garantizar algo tan simple como la cantidad superior de puntos de vista. El problema es cuando hay uno solo. Que haya muchos más es un aporte a la vida democrática", añadió.
Fuente: Agencia Telam
24/10/08

miércoles, 22 de octubre de 2008

Jornada Internacional - Organiza COMFER

"Los nuevos escenarios de la comunicación
audiovisual
y el fortalecimiento de la democracia"
Se llevará a cabo los días 23 y 24 de octubre
Lugar: Auditorio del Banco de la Nación Argentina Rivadavia 325, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Organiza: COMFER
Adhiere y convoca: Coalición por una Radiodifusión Democrática
Jueves 23 de Octubre
17 hs. Apertura
Secretaría de Medios de Comunicación de la Nación
Lic. Gabriel Mariotto –Interventor del COMFER
Presentación de la jornada Luis Lázzaro –Coordinador General del COMFER
18 hs. "Concentración mediática y pluralismo democrático"
Coordina: Damián Loreti – Vicedecano Facultad Ciencias Sociales, UBA
Manuel Chaparro, España Doctor en Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid.Vicedecano CC. Comunicación, Universidad de Málaga.
Rick Rockwell, Estados Unidos
Profesor de la Escuela de Comunicaciones, American University. Experto enlos sistemas de medios de América Latina.
Miguel Rodriguez Villafañe, Argentina
Presidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho a la Información y dela Comunicación (AIDIC). Profesor de Derecho Constitucional y Derecho a laInformación.
Viernes 24 de octubre 15 hs. "Participación social y diversidad cultural"
Coordina: Néstor Busso - Coalición por una Radiodifusión Democrática
Rosa María Alfaro, Perú
Educadora, comunicadora y docente universitaria. Presidenta de la ONGCalandria. Directora Ejecutiva de la Veeduría Ciudadana de la Comunicación.
Gerardo Lombardi, Venezuela
Licenciado en Educación. Presidente de la AsociaciónLatinoamericana de Educación Radiofónica -ALER Subdirector Nacional Red deRadio Fe y Alegría,Venezuela.
Lonna Thompson, Estados Unidos
Vicepresidente Senior y Consejera General, Association of the PublicTelevision Station (APTS).
18 hs. "Legislación internacional en comunicación audiovisual"
Coordina: Dra. Laura A. Calogero -Colegio Público de Abogados de la Capital Federal
Joao Brant, Brasil
Graduado en Comunicación Social. Maestrías en regulación y políticas de comunicación. Miembro de la Coordinación Ejecutiva de Intervozes-Colectivo Brasil de Comunicación Social.
Josep María Carbonell, España
Lic. en Filosofía, Universidad Autónoma de Barcelona.Presidente del ConsejoAudiovisual de Cataluña.
Gustavo Gómez, Uruguay
Director del Programa de Legislaciones y Derecho a la Comunicación de AMARC-ALC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias paraAmérica Latina y el Caribe). Docente universitario.

sábado, 18 de octubre de 2008

El otro 17 de octubre

17 de Octubre de 1951, hace exactamente 57 años, tuvo lugar en la Argentina la primera transmisión pública y abierta de televisión. La dirigió el Dr. Enrique T. Susini, quien 31 años antes realizó también la primera transmisión de radio.
A 57 años de la primera transmisión de televisión en Argentina
La televisión argentina estuvo y está hoy en día asociada a un apellido, Yankelevich. Desde los comienzos esta familia se vinculó al mundo televisivo y hasta fue partícipe de su nacimiento. A mediados de 1951, Jaime Yankelevich, junto a su hijo Samuel, emprenden un viaje a Estados Unidos de donde traen todo el equipamiento necesario para comenzar con las primeras transmisiones.
El 17 de octubre de 1951, y luego de haber pactado con el gobierno de Juan Domingo Perón, se produce la primera emisión televisiva del país conmemorando el sexto aniversario de la lealtad peronista. La Plaza de Mayo estaba colmada de gente y Evita Duarte de Perón pronunciaba su discurso explicando su renuncia a la candidatura de vicepresidente de la República debido al avance de su enfermedad.
Para ese entonces muy poca gente contaba con un receptor televisivo en sus hogares, la mayoría se encontraba en bares y negocios, por lo que la novedad fue compartida en estos lugares. La transmisión regular del Canal 7 comenzó el 4 de noviembre de ese año y la programación consistía en espectáculos folklóricos, espacios musicales, transmisiones desde el circo, programas de moda. Ya en 1952 los espectadores podían disfrutar de los primeros teleteatros.

jueves, 9 de octubre de 2008

La Ausencia Fosforescente

9 de octubre de 2008
La Ausencia Fosforescente
Por Ariel Magirena para Visión 7. Noticiero de la Televisión Pública
"Uno vive el presente como si toda una historia confluyese sobre ese presente, y el presente fuese como una suerte de consumación de todo un proceso histórico" dijo Nicolás Casullo a su entrevistador. Como un sabio gurú, quien fuera hasta hoy uno de los mas lúcidos exponentes contemporáneos de esa rara clase de intelectuales con autoridad, era consultado por sedientos de análisis y perspectiva para tentar el trazo del mapa que llevara a la salida del "laberinto argentino". Pero aunque fuese generoso en su docencia nunca aceptó jugar el papel de oráculo para el que lo acreditaban su trayectoria y su obra. A sus 64 años se propuso y conformó, junto a otros pares, un espacio para desarrollar orgánicamente el debate, la confrontación y la circulación de las ideas, que estaba vacante en la sociedad argentina. Sin prejuicios; sin preconceptos y sin miedo de asumir el compromiso, ese espacio tomó el nombre de su característica y transparente forma de compartir el pensamiento: carta abierta. Su legado.
Además, de sus novelas exquisitas, sus ensayos profundos y sus artículos elocuentes; y de la cátedra de comunicación social, que tendrá un vacío insustituible en las universidades de Buenos Aires y de Quilmes, donde este crítico feroz y minucioso formaba en el pensamiento crítico y propositivo a una nueva generación de comunicadores que no se soñaran estrellas de los medios. Muchos de esos medios que hoy reducen su perfil, el de uno de los pensadores mas influyentes sobre dos generaciones en Argentina y latinoamérica, a la simplificación parcialista e intencionada de "intelectual kirchnerista". Nicolás Casullo discutió el lenguaje y las palabras cuestionando los paradigmas dominantes de la sociedad contemporánea.
La crónica dirá que el director de la revista "Pensamiento de los Confines" y autor de "París 68. Las escrituras, el recuerdo y el olvido","La comunicación, una democracia difícil", "El debate modernidad-posmodernidad", y "Las Cuestiones", su último libro, entre muchos otros, falleció el 9 de octubre de 2008 al día siguiente de ser internado en una clínica porteña y que sus restos fueron despedidos merecidamente en la biblioteca nacional. Pero poco, de esa ausencia fosforescente que dejan los que, a decir de Bertolt Bretch, son imprescindibles. (A.M)

miércoles, 1 de octubre de 2008

Es Impostergable la Sanción

El reclamo fue hecho por organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, como el CELS y Fadeccos. Expresaron su preocupación por el estancamiento de la discusión y pidieron iniciar el tratamiento en el Congreso.
Roberto Saba (ADC), Horacio Verbitsky (CELS) y Guillermo Mastrini (Federación de Carreras de Comunicación).
Organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil se reunieron ayer para reclamar la sanción de una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual, en reemplazo de la sancionada durante la última dictadura militar. En una conferencia conjunta, los organismos solicitaron la inmediata presentación pública del proyecto de ley anunciado por el Gobierno para comenzar el debate entre distintos sectores de la sociedad e iniciar su tratamiento en el Congreso Nacional. “Es impostergable la sanción de una nueva ley”, señalaron a través de un documento consensuado. Todos señalaron con preocupación el estancamiento del tema, que había avanzado en su discusión con el impulso del Ejecutivo, pero que desde el fracaso de las retenciones móviles fue desapareciendo de la agenda pública.
La declaración presentada ayer llevó las firmas de organismos de derechos humanos como el CELS; de la sociedad civil como la ADC, Cippec y Poder Ciudadano; del ámbito universitario, como Fadeccos y del Foro de Periodismo Argentino. Fue precisamente el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, quien resaltó la importancia de que estos organismos, que si bien provienen de distintos espacios y tienen distintas trayectorias, acordaron la necesidad de una nueva ley para democratizar el marco de la discusión pública en Argentina.
“Hay que tener en cuenta que no es la primera vez que aparece este tema en la agenda pública, se presentaron muchos proyectos en estos veinticinco años y todos han perdido estado parlamentario o han fracasado”, sostuvo Andrea Pochak, directora adjunta del CELS. Sin embargo, la representante del organismo consideró que actualmente hay una mayor madurez política y social. Según Pochak, es muy clara la “lección” de los tratados internacionales de derechos humanos sobre el tema.
En diálogo con PáginaI12, Guillermo Mastrini, representante de la Federación de Carreras de Comunicación, sostuvo que hay tres consideraciones centrales que hacen necesaria una nueva ley. En primer lugar, que fue sancionada por la dictadura y que, pese a que sufrió cambios, “sus fundamentos siguen siendo estrictamente autoritarios”. “No podemos pensar en que la comunicación no tenga un vínculo directo con la política de derechos humanos”, completó Mastrini.
En segundo lugar, continuó el profesor de Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UBA, hay una necesidad de actualizar la normativa porque quedó vieja y genera “fuertes contradicciones para los propios grupos de medios”. Por último, consideró que el propio desarrollo tecnológico ha superado la ley vigente y puso como ejemplo el proceso de digitalización de la televisión, “que cambia totalmente el mundo de los medios”.
Sin embargo, Mastrini remarcó que existe una sensación “ambigua” porque, si bien este año hubo grandes avances en materia de discusión pública, todavía el Gobierno no presentó su proyecto. En el mismo sentido opinó Roberto Saba, de la ADC, quien defendió el derecho de los expertos, las universidades, los medios y la sociedad en general a conocer la iniciativa oficial en cuanto esté lista. “Tememos que no se dé a conocer con el debido tiempo o que no se discuta lo suficiente. Esto no se puede decidir entre unos pocos y en un ámbito cerrado, porque esta ley definirá los marcos del debate público por lo menos para los próximos treinta años”, agregó Saba.
Consultado por este diario sobre las dificultades que podrían generar los grandes multimedios en contra de la instalación del tema en la agenda pública, Saba responsabilizó al Gobierno de la generación de las plataformas de discusión necesarias y colocó como ejemplo los proyectos de ley de Educación y la designación de jueces de la Corte Suprema.
“El primer paso es que se conozca el proyecto, el segundo que el Gobierno genere la discusión y tercero que cuando llegue al Congreso también exista la oportunidad de que todos conozcamos lo que se está discutiendo, qué pasa en las comisiones y que haya audiencias públicas”, sintetizó.
También estuvieron presentes Pablo Secchi, de Poder Ciudadano; Martín Bohmer, de Cippec; y Sebastián Lacunza, de Fopea. Publicado en Página 12, 1° de octubre de 2008.

Todos deben saber

Después de una puesta en escena en la que la iniciativa sobre la ley de servicios de comunicación o ley de radiodifusión ganó las primeras planas del debate público, el tema parece haber entrado ahora en un remanso. Conocer de qué se trata y qué se está discutiendo es central.
Por Víctor Ego Ducrot *
Ni una nueva Ley de Radiodifusión ni mucho menos un nuevo orden democratizador integral de la comunicación podrán concretarse si todo queda en manos de especialistas y funcionarios. Los hechos y los dichos parecen indicar que es el Comfer el órgano de gobierno más dispuesto a impulsar la reforma o la sustitución de la actual Ley de Radiodifusión, herencia de la dictadura a la que todos los gobiernos constitucionales recurrieron, por conveniencias propias y ajenas, imposibilidades o temores.
Sin embargo, es evidente que la decisión y las energías empleadas en ese sentido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante los momentos más álgidos del conflicto con las patronales del agro –abiertamente sostenidas por el complejo corporativo mediático– han menguado e ingresado en una etapa de sigilo y negociaciones, algunas de las cuales no pueden ser disimuladas.
No es menos evidente que ésta o cualquier administración que aborde con seriedad un programa de democratización mediática deberá confrontar con fuerzas tan o más poderosas que las nucleadas en torno del cartel de la soja, comandado por la FAA, la Sociedad Rural Argentina y organizaciones afines.
Conviene recordar que los principales grupos mediáticos –con Clarín a la cabeza– se foguearon en sus artes de “negociación” en tiempos de autoritarismo y dictaduras, y que, con el correr de los años globalizadores, supieron tejer sin cansancio ni desmayos una compleja trama de intereses corporativos con los sectores más concentrados de la economía local, gimnasia esa que les permitió obtener una efectiva patente de corso a la hora de influir sobre los más diversos ámbitos públicos y privados.
Con una experiencia de más de tres años en investigaciones sobre escenarios locales y latinoamericanos, el Observatorio de Medios de Argentina, unidad docente y de investigación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, pudo constatar que los comportamientos de los oligopolios mediáticos responden a una misma matriz, desde México hasta Tierra del Fuego.
Se basan en el bombardeo simbólico contra toda política pública que comprometa sus intereses corporativos, asociados con los actores más concentrados del sistema financiero, económico y comercial. Para ello, actúan como verdaderos productores y reproductores se sentidos de clase o grupo convertidos en valores universales.
Los informes que oportunamente produjera el Observatorio sobre las coberturas de algunos de los principales medios gráficos al conflicto entre el Estado nacional y el cartel de la soja, sobre el tratamiento que esos mismos diarios le dieron al tema Ley de Radiodifusión y sobre la gramática de construcción noticiosa e informativa utilizada por el canal Todo Noticias (TN), todos confirmaron la tendencia referida en el párrafo anterior.
Sin embargo, y para no abundar en temas que ya fueron abordados desde las páginas de esta sección, es probable que sea conveniente detenerse en un punto de particular significado y que, en sí mismo, contiene un principio fundamental: si entendemos que la comunicación es un servicio público es dable destacar que el actor principal –el factor fundamental– del complejo y dialéctico proceso comunicacional es el sujeto colectivo integrado por todas y todos los ciudadanos-individuos que conforman la sociedad, los destinatarios primeros y últimos del derecho a estar informados e informar.
En ese sentido, puede resultar ilegítimo e inconveniente por ineficaz, desde el punto de vista de la construcción de ciudadanía plenamente democrática, considerar que la discusión sobre la necesidad de modificar el marco jurídico de la radiodifusión en nuestro país se agota con el debate entre la llamada comunidad de la comunicación, por amplio que éste sea. Ese debate debe ampliar sus márgenes hacia escuelas, colegios, universidades, organizaciones sociales y de consumidores, centros vecinales y sindicatos, entre otras instancias.
El de la comunicación social no es un tema que sólo involucra a comunicadores, académicos, políticos y funcionarios. Toda la diversidad que encierra nuestra sociedad tiene algo que decir al respecto y para ello debe saber de qué se trata.
Por último, otro punto que puede se crucial. Aun en medio de la incertidumbre sobre cuál será finalmente el contenido de la nueva Ley de Radiodifusión, el gobierno nacional parece encaminado a decidir acerca del sistema de televisión digital.
Quedamos así ubicados ante un escenario en el que miles de millones de dólares están en juego, precisamente entre los actores corporativos más concentrados de nuestro país, entre ellos los grupos mediáticos y las telefónicas, por sólo citar algunos.
No vaya a ser que la probable nueva ley quede sólo en una formalidad o vaciada de contenido ante el vértigo de las innovaciones tecnológicas, administradas una vez más en favor de los intereses empresarios. Por todo lo expresado hasta aquí sería bueno que el pueblo supiese de qué se trata.
* Profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

martes, 23 de septiembre de 2008

La redistribución de la palabra

Mariotto, académico y militante, un 17 de octubre de 1987, junto a sus compañeros de Lomas de Zamora, dio inicio a FM Ciudades 103.5, una radio de baja potencia que, para la Ley 22.285 y para el establishment de los medios, en vez de ser un medio de comunicación era una radio trucha.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que pronto va a poder tratar el Congreso de la Nación, viene a terminar con las disposiciones que el cepo legal de la 22.285 le impuso por casi 30 años a la palabra pública en la Argentina.
Con picardía no exenta de mala intención, hay quienes aseguran que en la materia la mejor ley es la que no existe, emparentando la ausencia normativa a la libertad. Aun si aceptáramos la buena intención de esta postura, esa frase no puede estar más alejada de la realidad. Tanto la ley ausente como la autorizada son los instrumentos más eficaces para torcer la equidad, la justicia y la libertad de acceso a la expresión pública y al derecho a la información.
Esa es la base filosófica sobre la que se impulsa la nueva ley en el país, una base que se apoya en realidades muy concretas que demanda con urgencia impostergable el nuevo marco legal. Si la distribución de la riqueza exhibió la voluntad material de este gobierno de afianzar el proyecto de reconstitución nacional, la consolidación de una nueva ley de comunicación significa completar este proceso con la redistribución de la palabra.
Esta ley no se impulsa para beneficiar o perjudicar a comunicadores ni empresas. Al decir de Perón, si los objetivos son mezquinos los logros serán miserables. La concepción es más ciudadana: lograr una política de comunicación que tenga en cuenta a una multiplicidad de actores que hoy están excluidos para lograr la democratización de la información en la Argentina, abriendo el juego a más y nuevos medios de comunicación. Regenerar el espacio público de la comunicación es poner en práctica una condición de las democracias modernas.
La historia reciente, prodiga en esfuerzos comunitarios de radios, productoras de televisión, esforzados medios de tirada reducida, son prueba de la voluntad inquebrantable de nuestro pueblo por ejercer sus derechos en plenitud (en este caso el de la comunicación) a la vez que resulta una respuesta a quienes desconfían de la existencia de esos actores. A la vera de estos nuevos comunicadores, se ubican actores sociales reales y concretos: gremios, universidades, las cooperativas, fundaciones que personifican jurídicamente a barrios, comunidades, credos, asociaciones civiles y todo otro tipo de organizaciones libres del pueblo. Están allí, verlos depende solo de nuestra voluntad.
Aun si esta evidencia social resulta poco convincente para entender el porqué de una nueva norma legal, es acuciante atender a los cambios radicales que se advierten en el horizonte tecnológico inmediato. El espacio público se amplía considerablemente con las nuevas disponibilidades que ofrece la transformación tecnológica. El rol de Estado es dar un grado de racionalidad para garantizar los principios de San José de Costa Rica relacionados con la libertad de expresión y la pluralidad de voces. La Ley es el marco para que impere esa racionalidad.
El Estado tiene la obligación y la responsabilidad de hacerlo a través de sus instituciones, porque su naturaleza es la de mirar el conjunto y no sólo los sectores, la totalidad y no el aspecto en relación al ámbito de su desenvolvimiento. Sin embargo, las empresas periodísticas no parecen advertir qué ha ocurrido con el estado de la cultura en los últimos años. Por eso no asimilan el cambio cultural que se dio en 2001, cuando la crisis trajo un emergente que hacía mucho que no aparecía en la sociedad argentina: la política. No el discurso, sino la política materializada, concreta, con rostro. El país que no registraron en las pantallas de los ’90 les estalló en la cara, como a todos. Un teórico amigo dice que en esta última semana de diciembre de 2001 el sistema mediático enmudeció, no supo ni pudo explicar con palabras propias lo que sólo podía explicarse con palabras de la política: organizaciones, militantes, pueblo, patria, bases, rebelión, pueblada.
Durante gran parte de los ’80, y sobre todo de los ’90, la política fue subsidiaria de los medios. Se había terminado el debate, se había terminado la militancia y hasta las listas electivas se podían hacer en las empresas periodísticas.
La nueva perspectiva que hoy se abre desde el Ejecutivo despierta en la comunicación, al igual que en otras áreas, una gran expectativa. Los desarrollos de diversos sectores para la modificación de la 22.285 no son novedad. Muchos documentos elaborados por diferentes organismos durante los últimos 25 años resumen de manera completa la necesidad de una democratización en el terreno de los medios que acompañe la ilusión de un país mas justo. Lo que resulta novedad es que el Poder Ejecutivo los escuche, los promueva, los sintetice y decida ponerlos en marcha, lo que constituye en medidas paralelas un orgullo y un compromiso para todos los sectores vinculados con la comunicación plural.
Resulta evidente que a la par de esta valiente iniciativa, surge la idea de que cualquier orden legal que no sea el de la vieja ley resulta para ciertos sectores una amenaza. Pero no se trata de sectores. Estamos hablando de una comunicación para toda la sociedad argentina para quien la verdadera amenaza es la concreta ley nacida en la dictadura que lamentablemente se sostuvo durante los 25 años de la democracia recuperada, y con la continuidad de esa norma, sus restricciones y su vacío.
Hoy es un presente con un profundo cambio cultural, la interpretación de la realidad social que desde la política se ha hecho desde 2003 a la fecha marca un nuevo escenario: la agenda la construye la gente, la ejecuta la política y los medios deben encontrar el rol en ese marco. Sin traducciones ni prejuicios. Con claridad, con responsabilidad en la construcción colectiva, con amplitud.
Cualquier ambición inconfesa de construir sólo con la pantalla lo que no sucede en las calles, no sólo es deshonesta, también es inútil a la luz de los resultados electorales contundentes que muestran el explícito apoyo de la sociedad a un proyecto inclusivo y de crecimiento.
Algunos sólo ven negocios en donde otros vemos oportunidades para una mejora en la calidad de vida de los pueblos, de la misma forma en que mientras hay quienes conciben la necesidad como el nacimiento de un cliente, otros pensamos que cada necesidad humana es nada más y nada menos que el origen de un derecho.

GABRIEL MARIOTTO

Interventor del COMFER

Miradas al Sur

6 de julio de 2008