La Feria Internacional del Libro en Buenos Aires es organizada por varias entidades privadas aglutinadas en la Fundación del Libro, entre ellas la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, la Cámara Española de Comercio, entre otras. Quienes conducen estas entidades tomaron la decisión de invitar a Mario Vargas Llosa para la apertura de la Feria de este año. Ninguna decisión es ingenua, menos aún en un año electoral en el que se elige el futuro del proyecto de gobierno iniciado en 2003 en la Argentina. Es notoria la tensión en la que transcurre el gobierno de Cristina Fernandez con motivo de la política que sustenta de gobernar sin la intromisión del poder de las corporaciones en la toma de decisiones gubernamentales y de autonomía en cuanto al poder de las corporaciones y organismos multilaterales de crédito.
El "escribidor" es un hombre públicamente vinculado con organizaciones que sostienen y alimentan el poder internacional de la derecha conservadora: Sociedad Mont Pellerin, Fundación Atlas, y demás organizaciones cuyo objetivo central es difundir las bondades de la libertad de mercado. Son conocidas sus declaraciones públicas que estigmatizaron en su momento al gobierno de Néstor Kirchner y hace pocos días atrás al de Cristina Fernandez, denostan al peronismo y calumnian al pueblo argentino por sus preferencias políticas. Este señor es un provocador que se ampara en su derecho a la libertad de expresión y en su liberalismo mezcla de defensa de las libertades individuales con una parodia del derecho humanismo.
El "escribidor" provocador logró que un intelectual orgánico, el Director de la Biblioteca Nacional Horacio Gonzáles, reaccionara mediante una carta dirigida al presidente de la Fundación El Libro en la que le solicitaba que no fuera Vargas Llosa quien hiciera la apertura del evento. Ver acá el texto.
De allí en más todo fue ensañamiento con el autor de la carta. Los medios concentrados, voceros de la derecha, reprodujero el episodio distorsionándolo utilizando los viejos caballitos de batalla de "censura" y "libertad de expresión" con el fin de atacar a un intelectual destacado como Horacio González, y politizar el acontecimiento. El tachin-tachin originó una segunda carta respondiendo a una sugerencia de la presidenta Cristina Fernández, leer el texto aquí. Claro que el "escribidor" aprovechó e hizo lo que mejor saber hacer desde hace unos años: abrir la boca para desgranar argumentos a favor de la derecha conservadora en la batalla cultural. En la discusión abierta está en juego el rol del intelectual: Vargas Llosa lo cumple con toda claridad, Horacio González también, pero para la vereda de enfrente que es la de la cultura nacional, popular, argentina y latinoamericana.
Acariciado por las loas de los diarios El País y La Nación, entre otros, Vargas Llosa se dedicó a justificar las maravillas del liberalismo como el tutor de la libertad individual, la tolerancia, la racionalidad y el progreso, un hermoso mundo de cuentos donde todos tienen la posibilidad de ser felices y comer perdices gracias a los empresarios capitalistas. Si no fuera por los malos a los que hay que derrotar: el populismo, los gobiernos que protegen e incentivan a los que menos posibilidades y oportunidades tienen, el nacionalismo y demás cochinadas nefastas. Culminó el "escribidor" el día 13 de marzo con un artículo titulado "Piqueteros intelectuales" publicado por El País y reproducido aquí por La Nación, en el que desgrana comparaciones rayanas en el ridículo, equiparándose al General San Martín y al Che Guevara, y continúa con las bravatas apelando a frases tales como "Un puñado de intelectuales argentinos kircheneristas vinculados con el grupo Carta Abierta, encabezados por el Director de la Biblioteca Nacional Horacio Gonzalez (...) Ver acá texto completo del artículo.
Evento al que concurrirá el escritor Vargas Llosa, luego hará la apertura de la Feria del Libro. En el Hotel Sheraton, sede del foro, Mauricio Macri dará la bienvenida al premio nóvel Gary Becker, principal representante de la escuela de Chicago. Este foro de la derecha republicana será inaugurado por Mauricio Macri y el "escribidor". Dos paradigmas, dos pensamientos, dos maneras de mirar el mundo, la vida, dos proyectos bien definidos. Dos formas de expresión. La tensión es inevitable, sobre todo cuando se toma la decisión para la configuración de otro bloque de poder, opuesto al hegemónico. Mario Vargas Llosa eligió su lugar de pertenencia.
Como no podía ser de otra manera, el texto en tono panfletario titulado "Piqueteros intelectuales" originó una extensa y cuidadosa respuesta por parte de Horacio González, "Largas a Vargas", en la que se desmonta cuidadosamente el viejo pero actual pensamiento que subyace en los brulotes de Vargas Llosa, bien conocidos por nosotros como Civilización o Barbarie. El texto que merece ser leído con detenimiento comienza así:
Como veo que usted ha escrito en El País y lo ha reproducido La Nación, algo que en ciertas épocas se llamaba un brulote, debo responderle. Pensé, Vargas, que todo estaba claro. Que la polémica que resta se haría de un modo adecuado. Escribo esta nota para seguir defendiendo que sea así, y para ello deberé insistir una vez más que donde usted, Vargas, ve barbarie, hay civilización. Entonces, daré largas a Vargas.
Es cierto que mi primera carta se prestaba a interpretaciones de diversa intencionalidad (por eso, fue aclarada y para que quedara aún más clara, retirada por indicación de la Presidenta; había volado la imaginación de varios diarios y del propio Vargas Llosa, que recordó la censura de sus libros durante el gobierno militar, en una extrapolación que no la hubiera hecho mejor su estrambótico personaje, el locutor de La Tía Julia y el escribidor). Pero la carta, al decir “lo invito a reconsiderar” y otras expresiones parecidas, no intentaba dar ninguna indicación a las autoridades de la Feria contrapuestas a la presencia de Vargas Llosa, sino a seguir interpretando la inauguración como el espacio de la voz de escritores que evitaran las típicas efusiones de cruzados de una organización política, que ante cualquier crítica menor estallan al grito de “inquisición, inquisición”. Luego, bienvenida su charla. Está muy claro que nunca hubo una supuesta cruzada contra el cruzado, limitándole sus libertades al Sr. Marqués. Cualquier espíritu que sepa evitar las zancadillas del prejuicio, la arrogancia o la testarudez, sabe que no fue así. Leer el texto completo acáPodemos imaginar la puesta en escena que nos espera por parte del "escribidor" de la derecha conservadora.
Mabel Maidana, Co-coordinadora Comisión Nicolás Casullo de
Medios Audiovisuales en Carta Abierta
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