No somos mujeres y hombres del escándalo, nuestras conciencias no son saltimbanquis de la alarma. Al contrario: los hechos graves como el de la pobreza de amplios sectores de la población nos atañen. La pobreza atañe al fondo último de nuestros compromisos, la idea de igualdad, nuestras antiguas y recientes militancias. Nos compete, nos atraviesa. Por eso podemos decir: no nos escandaliza. El escándalo es gesto espectacular y ademán avieso. El rostro de los pobres se vuelve superficie de inscripción de llamados evangélicos, sacralidades disponibles, obsceno plano televisivo y objeto de malversación política. Nos atañen tanto las vidas dañadas por la miseria como su circulación en un imaginario que las despoja de creación, potencia y libertad.
Leer acá la Carta 6 completa: http://docs.google.com/View?id=dgfdbzpz_4ghjkj9df
1 comentario:
hasta cuándo los trabajadores del campo somos golpistas?Cuándo se van a sacar el antifaz que les pusieron los cuentapropistas/rentistas KK?
Hay realmente un imperio (-ya no yanky-)sojero-mediáticomassmediático? me hacen reir.
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