lunes, 15 de junio de 2009

Tecnología y autoestima nacional

Durante los últimos años hemos incorporado cuerpos conceptuales, (“Sociedad del conocimiento”, “Sociedad de la información”), prediseñados para ofrecer bienes y servicios a consumidores globalizados con diferentes niveles de ingresos.
Aunque la tecnología parezca universal en nuestro globalizado planeta, los dueños del negocio mantienen el control de su dominio y el direccionamiento de sus inversiones en usinas económicas y políticas concentradas. Así, el mundo está dividido entre países productores de tecnología, países fabricantes de equipos y naciones proveedoras de meros usuarios. Este último fue el caso argentino. Salvo honrosas y aisladas experiencias, durante décadas, (en las cuáles la tecnología de IT adquirió espectacular desarrollo), Argentina cumplió obedientemente el rol que le fuera asignado y, en consecuencia, nuestro país fue vaciado de industrias tecnológicas y sus intelectuales convertidos en instaladores o emigrantes. Aún hoy, sólo se espera – esperamos – de nuestros ingenieros y técnicos que sepan instalar, operar y reparar las tecnologías producidas por los primeros y los segundos. No es casual. Si el correlato indispensable de los discursos que decretaron el fin “de la historia” y la muerte de los “grandes relatos” fue convencernos de la inutilidad de nuestros esfuerzos nacionales, también lo fue desvincular el desarrollo de nuestras capacidades en materia tecnológica de nuestra independencia económica y política.
El dominio de la tecnología en telecomunicaciones es esencial para la salud de la nación y la preservación del sistema democrático y, también por ello, la producción nacional de tecnologías de telecomunicaciones debe constituir un cuerpo indispensable de la ley de Medios Audiovisuales.
¿Porqué es posible?
La antigua Internet 1.0 destinada a navegar por paginas Web ya es en la actualidad un espacio para tecnologías orientadas a construir Redes Sociales, Espacios Interculturales y Video Producción Interactiva. El concepto de Telecomunicaciones de Nueva Generación plantea un nuevo Paradigma en la Tecnología de Telecomunicaciones y propone una perspectiva que excede ampliamente los límites de la ingeniería clásica o la fabricación de televisores, teléfonos celulares y computadores.
La Nueva Generación en Telecomunicaciones implica comprender el alcance de la Convergencia Tecnológica y el significado de un universo en donde la comunicación entre los individuos de la sociedad estará disponible en forma universal desde cualquier lugar y, sin importar si el mensaje es entregado por un televisor, un teléfono celular o un computador, habilita al usuario como actor esencial del proceso mismo de creación del contenido, capaz de modificar contenidos de modo interactivo al tiempo que los recibe.
Como aún está la mayor parte por hacerse, el atajo creado por las Telecomunicaciones Convergentes de Nueva Generación brinda oportunidades óptimas para retomar la Autonomía Tecnológica en Telecomunicaciones y prever normativas específicas en la Ley de Comunicación Audiovisual para que Tecnologías de Telecomunicaciones de Nueva Generación sean producidas por la Industria Argentina. Me refiero a industrias tecnológicas locales existentes y a aquellas que nazcan a partir de fabricantes independientes y una Política de Estado en tal sentido. Se trata de industrias que, tal como sucede en España, Finlandia, Canadá, Alemania, etc., requieren de la confluencia de otros conocimientos: matemáticos que desarrollen algoritmos, ingenieros que diseñen circuitos y protocolos, sociólogos que definan las aplicaciones convergentes y multimediales, comunicadores sociales que modelicen los nuevos paradigmas, educadores que discutan y pauten contenidos, administradores que conciban herramientas para mejorar la eficiencia y la transparencia en el gobierno electrónico y filósofos que contribuyan con debates a la creación de redes sociales basadas en principios éticos y nacionales.
Si aceptamos el desafío, todos somos partes del proceso productivo en el universo de las Telecomunicaciones de Nueva Generación que abre enormes oportunidades, más allá de la fabricación del hardware de un aparato de televisión o de un celular. Para desarrollar tecnologías de alcance global en el ámbito de las Telecomunicaciones de Nueva Generación solo se requiere de una adecuada articulación entre Estado, Sistema Productivo y Sistema Científico Tecnológico y de una clara normativa que asegure un mercado nacional a estas tecnologías de nueva generación. El resto es inteligencia aplicada.Valga “Ginga” como ejemplo. Ginga es un desarrollo tecnológico Brasileño para TV Digital (2005) orientado al mercado regional de corto plazo de doscientos millones de celulares y cien millones de televisores.
Lo central es que la plataforma está totalmente basada en inteligencia brasileña, concebida con fábricas conjuntamente con sus académicos, e impulsada como política de estado a partir del gobierno del Presidente Lula. El retorno económico de semejante mercado ya está teniendo un impacto multiplicador sobre la economía, las empresas y el sistema científico tecnológico del Brasil de dimensiones incalculables.
La Brecha Tecnológica
El acceso de los argentinos a los beneficios de las Telecomunicaciones requiere sin dudas del acceso a Internet pero, nuestra brecha digital es coherente con nuestra brecha de pobreza, las deudas del federalismo y la irracionalidad de las privatizaciones. Cerrar la brecha pendiente e incluir a todos nuestros conciudadanos aún requiere del tendido de una red troncal de fibra óptica que cruce el país de norte a sur, desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego. Es una decisión estratégica que debe ser liderada por una política de estado, articulada con la inversión privada y el aporte tecnológico en el establecimiento de normas y sistemas de gestión y calidad para los servicios que se presten.En este sentido, es necesario potenciar emprendimientos existentes y operativos tales como los de Nodosud con 36 cooperativas regionales y 600 km. de fibra, la red troncal provincial de San Luis, y San Juan, Silica Network, Gigared con 1000 Km. de fibra al norte del país, Fecescor en Córdoba, EPEC, TESUR, etc.
La Industria Nacional y el Sistema Científico Tecnológico
El escenario de la tecnología de nueva generación marca con claridad que la autonomía tecnológica ya no pasa por fabricar localmente aparatos de televisión, celulares, teléfonos o equipos que son commodities a nivel global.El espacio de oportunidad pasa por interpretar el rol de la producción en Tecnologías de Telecomunicaciones Convergentes de Nueva Generación como garantía estratégica de la plena vigencia de una ley que democratice la prestación de servicios audiovisuales.Sólo será posible si recuperamos nuestra autoestima nacional.También en Tecnología.
Lic. Marta Riskin
Integrante de Carta Abierta

1 comentario:

Ricardo Pluss dijo...

Mal que nos pese, el mundo cambia, y hoy nos encontramos con innovaciones en los procesos productivos y de servicios que están directamente relacionados con la Sociedad de la Información y la Sociedad del Conocimiento. Estos no son meros elementos retóricos del capital monopólico, aún cuando es inevitable que dichas empresas los usen en su propio beneficio.
No los aburriré con fundamentos de esta posición, apenas si mencionaré a Marx recordando el rol que le atribuye a la producción y a su impacto sobre la sociedad.

Coincido con las aspiraciones aquí expresadas de una Argentina involucrada en un fuerte proceso de desarrollo tecnológico, pero propongo incorporar a nuestro análisis las condiciones objetivas necesarias para afrontar un proyecto como éste. En ese sentido, recomiendo el artículo de Alfredo Zaiat en Página/12 del domingo 21 de junio de 2009 [1], que habla precisamente sobre los límites de nuestro modelo de crecimiento estudiadas por Oscar Braun ¿de dónde saldrá el dinero?.

Hay otro enfoque posible: incentivar emprendimientos innovadores. Un caso es el software, que a diferencia de otras industrias, requiere de inversiones menores. En Europa en general y en España en particular, se promueve el Software Libre para neutralizar a las empresas monopólicas del sector y articular el trabajo de diversas industrias. Al respecto, pueden ver el reportaje a Roberto Di Cosmo sobre el polo industrial de Ile de France que publicó Página/12 el 13 de mayo del 2009 [2].

[1] Poco a poco
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-127010-2009-06-21.html

[2] Reportaje de Página/12 a Roberto Di Cosmo
http://conocimientolibre.wordpress.com/2009/05/13/reportaje-de-pagina12-a-roberto-di-cosmo/