sábado, 18 de febrero de 2012

¿QUÉ DISCUTIMOS, DÓNDE Y SITUADOS EN QUÉ LUGAR?


El periodista Ricardo Angoso. de la Revista española Cambio 16 logró entrevistar a Videla en su prisión en Campo de Mayo. Este periodista manifiesta públicamente su opinión contraria a la política exterior del gobierno de Cristina Kirchner con frases como:  "El desconocimiento de la historia, de que hace gala exhibiéndolo sin ningún pudor ante los medios de comunicación y la comunidad internacional la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, va a llevar a un nuevo fracaso político y diplomático a las tentativas argentinas por desbloquear el largo contencioso de las islas Malvinas o Falkland para los británicos." Pueden leer ACÁ la nota completa titulada "CRÓNICA DE UNA DERROTA ANUNCIADA DE ARGENTINA EN EL CONTENCIOSO DE LAS MALVINAS". Sólo el párrafo transcripto es una muestra del uso de la adjetivación, impropia de un periodista "objetivo" como se auto tituló en el reportaje que Eduardo Anguita le hizo por Radio Nacional, allí también se pueden apreciar de sus dotes de adivinador.

Pero lo que nos preocupa ahora es el manejo que hacen quienes nunca se ocuparon de mejorar la calidad de vida de los argentinos. O los que siguieron con sus vidas, ajenos a todo, mientras nos arrasaba la desesperanza, la falta de autoestima, la humillación de los poderes fácticos. Y especialmente nos llama la atención la actitud de compañeros que critican como opositores desde la agenda que imponen los medios. De esta forma  le hacen el juego a la comparsa de políticos que no logran encontrar argumentos sólidos y su lugar en el ámbito de las propuestas y también a los medios de todo pelaje con el Gran Grupo a la cabeza. Estamos convencidos que es el momento de impulsar con responsabilidad el mejor rumbo y contenido para la profundización de nuestro proyecto, discutiendo si, pero en los ámbitos correspondientes y desde nuestra propia agenda.

En esta línea es esclarecedor el artículo del periodista Luis Bruschtein publicado hoy en el diario Página 12 al abordar las diferentes dimensiones de análisis de las discusiones actuales. 

El artículo se titula PIEL DE OVEJA  y lo reproducimos a continuación: 

En noviembre del año pasado, Página/12 publicó la denuncia sobre las presuntas actividades de espionaje que habría realizado Gendarmería. Los demás medios prácticamente no le dieron importancia al tema. Ahora Clarín, La Nación, TN y Radio Mitre lo han convertido repentinamente en un best seller. Página/12 viene publicando artículos sobre las protestas contra la minera de Bajo La Alumbrera desde principios del año 2000 sin que ninguno de los grandes medios le llevara el apunte al tema. Ahora, los grandes medios se han convertido en los campeones del ambientalismo. Los grandes medios apoyaron la guerra de Malvinas durante la dictadura y ahora se han convertido en críticos de la estrategia diplomática y pacífica del kirchnerismo. Corriéndolo por izquierda, son tan pacifistas que, para varios de sus columnistas, la “dialéctica verbal” es equivalente a la “dialéctica de las armas”, porque “la violencia de las palabras” llevaría en su seno la violencia en general.

Los grandes medios reclaman una lectura ingenua de la realidad; los periodistas que se proclaman independientes se irritan cuando el público deja de ser ingenuo y se propone una lectura política de lo que ellos escriben. No quieren que su independencia sea puesta en tela de juicio y por lo tanto reclaman esa “ingenuidad” a sus lectores, lo que implica, además, que les cedan a ellos toda la inteligencia. Es como si dijeran: “el que necesita ser inteligente soy yo, no vos, porque el actor de esta película soy yo y vos sos pasivo y consumidor, porque sos espectador”. La mirada ingenua que reclaman es lo mismo que pedir un cheque en blanco. Nadie tiene ese derecho. Pero ellos la reclaman porque esa mirada ingenua es la única que puede tolerar, por ejemplo, esos cambios tan drásticos de las líneas editoriales sin que les generen alguna duda.

En España, arrastrado por poderosos factores de presión de los grupos conservadores, del Partido Popular y del ala más derechista del socialismo, se está produciendo un retroceso fuerte en relación con el enfoque sobre los derechos humanos. La reacción más furibunda se produjo cuando se abrió la posibilidad de investigar los crímenes de la dictadura franquista. En ese punto decidieron cortar por lo sano, pusieron en el banquillo de los acusados al juez Baltasar Garzón y lo expulsaron de la función judicial.

En ese contexto español aparece en la revista española Cambio 16 una entrevista a Videla, que había sido también enjuiciado –en función de los principios de la justicia universal vigente para delitos de lesa humanidad– por el mismo juez (Garzón) que había intentado enjuiciar los delitos de lesa humanidad de Franco. En el contexto de esa publicación, en la entrevista Videla ocupa simbólicamente el lugar del “generalísimo”, o por lo menos el intento de que así lo sea de manera subliminal para el público español. El periodista es absolutamente concesivo. Es más, por las preguntas que formula, pareciera que él mismo está sugiriendo las respuestas. El discurso que redondea Videla es que hubo una guerra, que la intervención militar fue reclamada por sectores de la civilidad, desarrolla la lógica de la existencia de víctimas necesarias producidas por el enfrentamiento bélico y reconoce algunos errores de tipo político, como el de no haber dejado el poder antes del ’83.

Para los españoles, que no tienen tanto conocimiento de lo que pasó en Argentina, ese discurso se traduce en términos locales. Es el generalísimo Francisco Franco hablando de que hubo una guerra y, como en toda guerra, hubo víctimas, y que las cifras de desaparecidos y demás son exageradas por los interesados. La justificación de Videla es la justificación de Franco, en un momento en que están fusilando judicialmente al juez que trató de enjuiciar a los dos dictadores.

El periodista que hizo la entrevista, Ricardo Angoso, se desgarra las vestiduras cuando se lo acusa de derechista o de favorecer a Videla. Asegura que es absolutamente independiente, que su trabajo es objetivo. Se indigna, es despectivo con quienes lo acusan. Pero Angoso es colaborador del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), un think tank ligado al conservador Partido Popular, dedicado al análisis de la seguridad internacional y la defensa. Un derechista que se dedica a esos temas es aún más derechista –y más peligroso–, porque por lo general son muy proclives a las operaciones de Inteligencia. Además, el hombre es un antikirchnerista confeso. En algunos de sus artículos ha calificado de “bufones” a Cristina y Néstor Kirchner. VER ACÁ ARTÍCULO COMPLETO
N de la R: las negritas son nuestras

Mabel Maidana, Co-Coordinadora Comisión Nicolás Casullo
de Medio Audiovisuales en Carta Abierta